La chica que tenia globos en las piernas y pájaros en la cabeza.


Nunca digas que no están,
ni nunca digas que no las tienes.
Ni gritarlas te salva,
ni esconderlas te ayuda.
Las odiamos, no nos gustan,
olvidamos el poderoso motor que son, cuando quieres salir,
son las que mueven mareas,
pero si te encierras, alteran.

Ni el más creyente se libra del pecado,
ni el sabio escapa de su cuidado.
Por mucho que te empeñes,
son hermanas, no enemigas.

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