Purpurina

Hay heridas que se quedan abiertas, que sangran, lloran e incluso a veces se ríen de mí.
No son piadosas, y duelen como mil demonios, pero son mías.
Forman parte de mí, en un conjunto imperfecto del que se me a dotado por mi condición humana.

No siempre son demonios e incluso mis diablos a veces rezan por mí. Las sombras en vez de asustarme, me acogen cada vez que un mal sueño me visita, que  quizás sea demasiado a menudo.

Somo polos opuestos, ellas quieren que sufra y yo, que las quiero querer.
Cada día ganó un poco más la batalla y cierro las ya arrugadas y dementes. Qué antes de marcharse me dejan un último recuerdo y lloran purpurina diciendo un hasta luego, un adiós efímero.

Comentarios

Entradas populares